El síndrome de Kleine-Levin (KLS) es una enfermedad comúnmente conocida como síndrome de la bella durmiente, que afecta tanto a hombres como a mujeres. Aunque el término suene a cuento de hadas, la enfermedad no es un juego, porque no permite que la persona enferma funcione con normalidad. Así como las reinas reales son raras, también lo es la incidencia de la enfermedad de Kleine-Levin. Este artículo analiza las causas, los síntomas y los métodos conocidos para tratar el síndrome de Kleine-Levin.
Síndrome de Kleine-Levin: ¿qué es esta enfermedad?
La enfermedad de Kleine-Levin, caracterizada como hipersomnia recurrente, es una enfermedad muy rara (de 1 a 5 casos por millón de personas) y aún no se comprende por completo. Esta entidad patológica recibió su nombre de dos psiquiatras que la describieron por primera vez: de Alemania, que caracterizó la enfermedad en 1925, y el estadounidense Max Levin, que lo hizo en 1929.
La principal característica del Síndrome de la Bella Durmiente es, como su nombre indica, es la somnolencia excesiva e incontrolable o hipersomnia, que puede durar hasta 20 horas al día. La frecuencia de los episodios varía al igual que su duración. Uno de los criterios para diagnosticar la enfermedad es que las convulsiones ocurren al menos cada 18 meses.
El síndrome en cuestión afecta principalmente a los niños durante la adolescencia, pero en ocasiones también afecta a las mujeres. La tasa de morbilidad es de 4: 1, con predominio de hombres.
Las causas del síndrome de la bella durmiente.
Las causas del síndrome de Kleine-Levin aún no se han entendido por completo. Uno de los factores que predisponen a la enfermedad es el sexo masculino. Los factores genéticos se indican como otra posible causa. También se cree que el síndrome de Kleine puede ser una enfermedad del neurodesarrollo del cerebro caracterizada por una alteración en la actividad del hipotálamo y el metabolismo de la dopamina y la serotonina. También se han informado casos de síndrome de la bella durmiente después de lesiones en la cabeza y encefalitis.
¿Cuál es el complejo de síntomas de la enfermedad de Kleine-Levin?
En la mayoría de los casos, el síndrome de Kleine-Levin se manifiesta con períodos repetitivos de somnolencia paroxística, que consiste en un sueño significativamente prolongado, que dura de 2 días a varios, generalmente 5 semanas. Antes de que ocurra la convulsión, se pueden observar dolores de cabeza y una sensación de fatiga. También sucede que los episodios ocurren después de infecciones del tracto respiratorio, trastornos gastrointestinales, lesiones en la cabeza o consumo de alcohol.
Durante el episodio, la persona enferma se irrita. Solo se despierta del sueño para atender sus necesidades fisiológicas: comer, beber, ir al baño y necesidades sexuales. Vale la pena señalar que entre ataques, la persona enferma se comporta con total normalidad.
El síndrome de Kleine se caracteriza por:
- Períodos de somnolencia excesiva.
- Alteraciones en la concentración, la atención y las funciones cognitivas.
- Episodios de gula.
- Ralentizar la reacción.
- Amnesia durante episodios.
- Cambios de comportamiento, que incluyen irritabilidad y agresión.
- Sentimientos de irrealidad, alucinaciones y delirios
- Rabietas
- Episodios de excitación sexual excesiva, es decir, hipersexualidad .
Síndrome de Kleine-Levine: ¿cómo es la vida de los afectados?
El funcionamiento de las personas con enfermedad de Kleine Levin es difícil por varias razones. Primero, el síndrome de Kleine es tan raro que no es fácil de diagnosticar. En segundo lugar, las personas que lo padecen no pueden vivir y trabajar normalmente, porque nunca se sabe cuándo ocurren estos ataques mientras duerme. Esto los hace dependientes e involucra a los miembros de la familia en su cuidado. En tercer lugar, después de despertar, les resulta difícil controlar su comportamiento, lo que puede alejar a las personas de ellos. Aunque intentan recuperar el tiempo perdido, sin duda tienen menos tiempo que las personas sanas.
¿Cómo se trata el síndrome de Kleine-Levin?
No existe un estándar de atención único para el tratamiento de la enfermedad de Kleine-Levin. El tratamiento se basa en aliviar los síntomas tomando medicamentos que reducirán la frecuencia e intensidad de los episodios prolongados de sueño y los cambios de comportamiento. Para ello, a los pacientes se les administra, entre otros: carbamazepinas, preparaciones de litio o ácido valproico. También se utilizan medicamentos que reducen la somnolencia, incluido el modafinilo o el metilfenidato.
Las personas con síntomas psicóticos también reciben risperidona, hidroxicina o benzodiazepinas. Además de los fármacos, los pacientes son tratados con fototerapia, y tomando vitaminas B . La duración promedio de la enfermedad es de 8 a 14 años. Sin embargo, a veces sucede que es mucho más largo.
La noticia positiva es que existen numerosos casos de resolución espontánea de la enfermedad. Además, el síndrome de Kleine no pone en peligro la vida y no causa daño permanente al cuerpo.