Las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y otras enfermedades crónicas suelen estar asociadas al consumo de grasas trans que se encuentran en los alimentos procesados.
Los alimentos procesados pueden también influir en el buen funcionamiento del cerebro. Por ello, esta clase de alimentos es catalogada como insalubre, y su consumo es desaconsejado por diferentes especialistas, debido al impacto negativo que tienen en nuestro organismo.
Según las conclusiones de un estudio publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, una dieta con alto contenido en grasas trans o hidrogenadas puede provocar un deterioro significativo en nuestra capacidad de memorizar y recordar.
Por lo tanto, es aconsejable reducir o moderar el consumo de alimentos procesados con niveles elevados de grasas trans, a efectos de que el funcionamiento de nuestro cerebro y del resto de nuestro organismo no resulte afectado como consecuencia de una dieta inadecuada.
Definición de grasas trans
Las grasas trans son un tipo de grasa que puede encontrarse en ciertos alimentos (sobre todo, en aquellos de origen industral). Este tipo de grasas es el más nocivo para la salud, su consumo excesivo puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias y otros problemas sanitarios.
Cuando los aceites líquidos se convierten en grasas sólidas como la margarina y la mantequilla, se forman las grasas trans. Este tipo de grasa se encuentra habitualmente en los alimentos fritos, procesados y envasados, y en la famosa “comida chatarra”, como:
- Hamburguesas, pizzas y frituras.
- Salsas envasadas y alimentos congelados (papas fritas, alitas de pollo, etc).
- Productos de repostería como pasteles, rosquillas y bizcochos.
Los productos lácteos, la carne roja y otros alimentos de origen animal tienen bajos niveles de grasas trans. Este tipo de grasas se encuentran sobre todo en los alimentos procesados.
Ingesta recomendada de este tipo de grasas
Las grasas trans no son indispensables para nuestro organismo. Por ello, la ingesta de alimentos que las contengan es totalmente opcional y se recomienda reducir su consumo tanto como sea posible.
Para la ingesta de grasas en la dieta, la Asociación Americana del Corazón estableció las siguientes las siguientes directrices alimentarias:
- Un 25% – 30% de las calorías ingeridas todos los días deben provenir de las grasas.
- El consumo de grasas saturadas no debe conformar más del 10% de las calorías que ingerimos diariamente.
- El consumo de grasas trans no debe conformar más del 1% de las calorías que ingerimos diariamente.
Recordemos que 1 gramo de grasa equivale a 9 calorias (1g grasa = 9 cal), por lo que, según estas directrices, una persona que ingiere 2.225 calorías diariamente no debería consumir más de 225 calorías provenientes de las grasas (equivalentes a 25g de grasa), ni más de 22,5 calorías provenientes de las grasas trans (es decir, 2,5g de grasa).
¿Cómo saber cuántos gramos de grasas tiene un alimento?
Los alimentos empacados, envasados o de origen industrial tienen una etiqueta reglamentaria donde se desglosa su aporte calórico y nutricional, incluyendo los gramos de grasas que contiene. Este etiqueta muestra, además, la cantidad de grasas trans que hay en el alimento, razón por la que consultarla antes de ingerir un producto puede ayudarte a llevar la cuenta de las calorías y los gramos de grasas que consumes.