La autoestima es una actitud hacia uno mismo que influye en el estado de ánimo y el comportamiento. Esta actitud se forma a partir de un conjunto de opiniones y creencias sobre uno mismo. Se relacionan con las habilidades físicas, mentales y sociales. ¿Puedes mejorar tu autoestima? ¡Sí, por supuesto! Echa un vistazo a nuestras formas de sentirte mejor contigo mismo.

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Autoestima: ¿cómo se forma?

La autoestima de una persona puede situarse en cualquiera de estos dos polos extremos:

Entre estos extremos hay un amplio espectro en el que todo el mundo se sitúa. En el transcurso de la vida (dependiendo de las circunstancias externas y de la relación con uno mismo), la autoimagen u opinión propia que las personas tienen puede cambiar. La autoestima se forma en el proceso de socialización. Se basa, más que nada, en las opiniones que otros tienen de nosotros.

Todas las personas tienen grabados en la memoría los comentarios (tanto buenos como malos) que afectan su autoimagen, como si se tratase de una carpeta almacenada en el discoduro de una computadora. Se puede decir que otras personas actúan como un espejo en el que nos miramos a nosotros mismos y sobre esta base moldeamos nuestra autoestima.

¿Cómo afecta la autoestima a la calidad de vida?

Los psicólogos enfatizan en la importancia de la autoimagen en la configuración de la calidad de vida y las relaciones con las personas. En pocas palabras, se puede decir que el éxito en la vida depende más de la confianza en uno mismo que del propio potencial, habilidades y talentos. “Si crees que puedes, puedes, si crees que no puedes, no puedes. En ambos casos tienes razón”.

La autoestima influye en la forma en que reaccionamos ante determinadas situaciones y configura un repertorio constante de comportamientos.

Las personas con baja autoestima suelen tener problemas para encontrar un buen trabajo y tienden a entablar relaciones con personas que las tratan mal o las manipulan. En situaciones difíciles, se retraen fácilmente o, lo que es peor, no intentan cambiar, convencidos de que “de todos modos no funcionará”.

La baja autoestima puede afectar a todos los aspectos de la vida, desde el ámbito profesional, social y familiar, pudiendo incluso ser perjudicial para la salud.

Autoestima: ¿cómo se forma?

Escuchar opiniones de los demás sobre ti mismo es una especie de profecía autocumplida. Los niños criados en familias donde fueron amados incondicionalmente (porque lo son, y no por lo que son) como adultos serán menos dependientes de influencias externas, tendrán más control interno y, por lo tanto, serán menos susceptibles a la manipulación.

La autoestima inadecuada se basa en una educación en la que el valor del niño deriva de lo que hace o de cómo se comporta,

El joven recibe un mensaje de sus padres de que hay que ganarse el amor y la aceptación. Intenta cumplir estos requisitos, y su dependencia hacia su entorno, lo hacen inseguro de su valor y vulnerable a las lesiones. Un niño que ha escuchado de sus padres desde una edad temprana que es vago, estúpido e inútil para cualquier cosa, lo más probable es que, como persona madura, cumpla con sus expectativas, sufriendo fracasos profesionales y personales.

A su vez, si alguien en la infancia fue tratado como un “principito” o una “princesita”, en la edad adulta asumirá una actitud exigente (“Tengo derecho a todo”) y se considerará alguien mejor que la mayoría de las personas.

Autoconfianza: ¿qué es?

La confianza en uno mismo o autoconfianza se basa en conocer las fortalezas y virtudes, pero también en conocer sus propias limitaciones. Una persona con alta autoestima se respeta y se acepta a sí misma y, por lo tanto, también respeta el valor y los derechos de otras personas. No impone su opinión a nadie, no manipula a las personas, porque se siente seguro y es capaz de atender sus propias necesidades.

Autoestima: ¿cómo fortalecerla?

Para fortalecer la autoestima, debes:

Aceptar tus defectos y errores

En lugar de competir contra otros, es mejor competir contra uno mismo. Querer siempre ser mejor que los demás en todo y complacer nuestras exigencias (o las exigencias de terceros) es un camino que no lleva a ninguna parte, ya que siempre se puede poner el listón más alto . Para empezar, es importante darse cuenta de que ciertos ideales son imposibles de alcanzar. Es importante darse el derecho a fallar y a cometer errores. Son los fracasos quienes -mucho más que los éxitos- te motivan al cambio y al desarrollo. Reflexiona sobre la siguiente frase: “El que no comete errores es el único que no hace nada ni se arriesga”,

Tener conciencia de sí mismo y prestar atención a sus propias necesidades y deseos

Las personas con baja autoestima a menudo están acostumbradas a complacer a otras personas y buscar su aprobación. Para fortalecer la autoestima, aprenda a reconocer tus sentimientos, reacciona de manera asertiva a las críticas y los intentos de manipulación por parte de tu circulo social. Cuídate, valórate y apóyate como si tú mismo fueras tu mejor amigo.

Desarrollar confianza en ti mismo

Puedes vivir inconsciente y pasivamente sometiéndose a la autoridad y a las “circunstancias externas”, o puedes confiar en ti mismo para tomar por ti mismo las decisiones que creas más conveniente. Esta actitud te da una sensación de control sobre tu vida, lo que te permitirá tomar decisiones guiado por tu intuición y convicciones internas. En lugar de compararte con los demás, puedes apreciar lo que te hace único y darte el derecho a vivir de acuerdo a tus propias convicciones y valores.

Cambiar tu forma de pensar

Cambiar la forma en que piensas sobre tí mismo es el primer paso hacia una vida más satisfactoria, de acuerdo con tu potencial, talentos y habilidades. Lo más importante es aprender a reconocer los conceptos erróneos que han quedado impresos en tu mente a lo largo de tu vida y desafiarlos si no son ciertos. Indagar de dónde provienen los conceptos equivocados que tienes de ti mismo es esencial para que puedas dejar atrás tu antigua manera de pensar.

La mayoría de las veces esas falsas creencias las hemos “heredado” de personas que también tenían problemas de autoaceptación. Responder a la pregunta: “¿De dónde vienen y de quién?” Te ayudará a liberarte de la influencia de estas personas, a rechazar creencias antiguas y disfuncionales.

Reemplazar estos hábitos de pensamiento destructivos por otros más positivos y empoderantes conduce a un aumento de la autoestima.y, como consecuencia, a cambiar el comportamiento hacia uno que permita el logro de las metas de la vida.